Un estudio reciente ha confirmado lo que muchos amantes de los animales ya intuían: tener una mascota puede ser tan beneficioso para la salud mental como tener una pareja. Esta investigación, basada en datos del Estudio Longitudinal de Hogares del Reino Unido, ha revelado que compartir la vida con un perro o un gato puede generar niveles de felicidad comparables a recibir un ingreso adicional de 92.655 dólares al año.
Según el estudio, las mascotas no solo aportan compañía, sino también estabilidad emocional, calma y alegría. Esta valoración incluye aspectos como la satisfacción vital, el bienestar emocional y la percepción general de felicidad. Los investigadores analizaron datos de miles de personas, considerando variables como edad, sexo, estado civil, nivel educativo, ingresos y número de hijos. En todos los casos, la presencia de una mascota en el hogar mostró un impacto positivo similar al de tener una relación de pareja estable.
La profesora Adelina Gschwandtner, economista de la Universidad de Kent y coautora del estudio, explicó que este hallazgo es comprensible si se tiene en cuenta que muchas personas consideran a sus mascotas parte de su familia o incluso sus mejores amigos. Además, el estudio encontró que quienes tienen perros o gatos tienden a ser más extrovertidos, responsables y abiertos que quienes no conviven con animales.
Aunque el estudio se centró únicamente en perros y gatos, dejando de lado otras especies como peces, aves o hámsteres, sus conclusiones abren nuevas posibilidades en el ámbito de la salud mental pública. Por ejemplo, podrían considerarse políticas que promuevan la tenencia de mascotas como herramienta terapéutica, o la inclusión de animales en programas de apoyo emocional.
El vínculo entre humanos y mascotas ha ganado protagonismo especialmente en los últimos años. En España, casi la mitad de los hogares tenía una mascota en 2024, lo que refleja el creciente reconocimiento del valor emocional que estos animales ofrecen. Sin embargo, los investigadores también advierten sobre la importancia de entender que una mascota no es un capricho, sino una responsabilidad. Cada animal necesita cuidados específicos y su bienestar debe ser una prioridad para el dueño.
Más allá de los beneficios emocionales, este estudio también pone sobre la mesa otras cuestiones sociales, como las restricciones para tener mascotas en viviendas alquiladas. Dado su impacto positivo en la salud mental, los autores del estudio sugieren revisar estas limitaciones legales para facilitar la convivencia con animales.
En definitiva, este trabajo académico refuerza la idea de que los animales de compañía no solo llenan nuestras vidas de cariño, sino que también son aliados fundamentales para nuestro bienestar psicológico. Tener una mascota no sustituye a una pareja o a los amigos, pero sí puede complementar profundamente la red emocional de cualquier persona. Los perros y gatos no solo son compañeros fieles, sino también, según la ciencia, auténticos terapeutas con patas.
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