En Colombia, cada vez más personas optan por implantar microchips a sus perros y gatos como una medida eficaz de identificación, en caso de pérdida o robo. Aunque su uso no es obligatorio como en países como España, los expertos lo consideran una herramienta clave en la tenencia responsable de animales de compañía. Estos dispositivos permiten almacenar información relevante del animal y su propietario, facilitando la localización y recuperación del animal cuando es escaneado por un veterinario, refugio o autoridad competente.
El microchip es un dispositivo del tamaño de un grano de arroz, que se implanta debajo de la piel, normalmente en la zona del cuello. No necesita baterías ni mantenimiento, y su colocación se realiza mediante una inyección subcutánea. El procedimiento es rápido, seguro y prácticamente indoloro para la mascota, muy similar a la aplicación de una vacuna.
Una vez implantado el chip, el siguiente paso es registrar la información del animal y su dueño en una base de datos nacional o internacional. En Colombia, existen plataformas y clínicas veterinarias que ofrecen este servicio, permitiendo vincular los datos personales del tutor, el historial médico de la mascota, su nombre, edad, raza, entre otros. De esta manera, si la mascota se pierde y alguien la encuentra, podrá ser llevada a un centro veterinario donde escanearán el chip y accederán a esta información para contactar al dueño.
En cuanto al costo, el precio para implantar un microchip en Colombia oscila entre $40.000 y $100.000 pesos colombianos, dependiendo de la ciudad, la clínica y si se incluye o no el registro en la base de datos. Algunas organizaciones de bienestar animal también realizan campañas donde este servicio se ofrece de forma gratuita o a precios subsidiados, buscando fomentar su uso y garantizar la identificación de más animales.
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Los veterinarios y defensores de los derechos animales destacan que el microchip es una forma segura, permanente y confiable de identificar a las mascotas. A diferencia de collares o placas que pueden perderse o ser removidos, el microchip permanece en el cuerpo del animal durante toda su vida. Además, su implantación contribuye a disminuir el número de animales perdidos o abandonados en las calles y facilita la devolución a sus familias.
También es importante aclarar que el chip no es un dispositivo GPS; no permite localizar a la mascota en tiempo real. Su función es la identificación una vez que el animal ha sido encontrado y escaneado.
En resumen, implantar un microchip a perros y gatos en Colombia es una inversión asequible y responsable, que ayuda a proteger a los animales de compañía y a fortalecer el vínculo entre ellos y sus tutores. Aunque no es obligatorio, su uso está cada vez más extendido gracias a los beneficios que ofrece en la seguridad y bienestar de las mascotas.
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