En la costa del noreste de Inglaterra, Saltburn vivió un emotivo momento con la inauguración de una estatua en honor a Hendrix, un gato que durante más de una década fue una figura entrañable en la comunidad. El acto, que reunió a más de 150 personas, celebró la vida de un felino que no solo recorría calles, playas y cafés, sino que también ofrecía consuelo a muchos en sus momentos más difíciles.
Hendrix, un gato de carácter aventurero, llegó a Saltburn tras vivir en Whitley Bay, donde ya sorprendía por sus curiosos hábitos: viajaba en autobuses y trenes del metro, como si fuera un ciudadano más. Con el tiempo, se integró plenamente a la vida local, visitando frecuentemente el paseo marítimo y los establecimientos del muelle. Su comportamiento sociable lo convirtió en una celebridad local con seguidores incluso en redes sociales de todo el mundo.
Tras su fallecimiento en septiembre de 2024 a los 12 años, los habitantes de Saltburn iniciaron una campaña para recordarlo de forma permanente. Así nació la iniciativa de erigir una escultura en bronce, creada por el artista Peter Close. La imagen del gato fue tomada de una fotografía capturada por Julie Hunt, una vecina que recuerda a Hendrix como «encantador y siempre presente».
Durante la ceremonia, el alcalde de Redcar y Cleveland, Ian Hart, destacó la popularidad de Hendrix y su impacto positivo en la ciudad: “Era una gran celebridad. Visitaba cafés, la playa y tenía seguidores en redes desde todo el mundo. Esta estatua traerá alegría a quienes visiten Saltburn”.
El homenaje también tuvo un fuerte componente emocional. Hannah Chiarella, la humana de Hendrix, agradeció profundamente el gesto colectivo. Relató que muchas personas afirmaban haber encontrado consuelo y compañía al cruzarse con el gato en momentos difíciles, lo que demuestra el poder transformador que pueden tener los animales en la vida de las personas.
Alec Brown, líder del ayuntamiento, destacó cómo Hendrix fue un símbolo de esperanza, incluso durante la pandemia. Mensajes de apoyo llegaron desde lugares tan lejanos como Canadá, reflejando la magnitud del cariño que el gato generó.
Además de la estatua, en los próximos días se instalará una placa con información sobre Hendrix, para que los visitantes del paseo marítimo conozcan la historia del gato que dejó una huella imborrable en Saltburn.
La historia de Hendrix demuestra que no hace falta ser humano para convertirse en leyenda. Con su andar tranquilo y su espíritu libre, este gato logró lo que pocos logran: ser recordado con amor por toda una ciudad.
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