Choques elefantes humanos Zimbabue
La región de Kariba, en el norte de Zimbabue, vive una creciente tensión entre comunidades locales y elefantes salvajes. En los primeros tres meses de 2025, al menos tres personas murieron y varias resultaron heridas tras ataques de estos animales. La causa principal, según expertos, es la superposición de hábitats humanos y naturales provocada por el crecimiento demográfico y la crisis climática.
El Gobierno, a través de la Autoridad de Parques y Vida Silvestre (ZimParks), anunció el sacrificio de 50 elefantes en la reserva de Save Valley, donde viven más de 2.500 ejemplares pese a que el área solo puede sostener 800. Con cerca de 100.000 elefantes en todo el país, Zimbabue posee la segunda población más grande del mundo después de Botsuana.
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Organizaciones ambientalistas critican esta medida por considerarla ineficaz y dañina. Argumentan que los elefantes son altamente sociales e inteligentes, por lo que matar a miembros de una manada puede provocar traumas y reacciones agresivas.
Como alternativa, conservacionistas proponen trasladar elefantes a zonas menos pobladas o implementar métodos disuasorios, como cercas con colmenas de abejas o repelentes naturales como el chile. También sugieren vender ejemplares a países con baja densidad de fauna silvestre como opción sostenible que, además, genere recursos para la conservación.
Kariba sufre una severa escasez de agua y alimento debido a los cambios en las lluvias y el aumento de temperaturas, lo que obliga tanto a humanos como animales a competir por recursos. En este contexto, el equilibrio entre la protección de la vida silvestre y la seguridad de las comunidades rurales representa un desafío urgente que requiere soluciones a largo plazo y cooperación internacional.
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