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Guano de pingüino cambio climático Antártida

Un reciente estudio científico ha revelado un sorprendente aliado en la lucha contra el cambio climático en la Antártida: el guano de pingüino. Investigadores que trabajaron cerca de una gran colonia de pingüinos Adelia descubrieron que los excrementos de estas aves marinas emiten importantes cantidades de amoniaco, un gas que tiene un papel clave en la formación de nubes.

Según los autores del estudio, publicado en una revista del grupo Nature, este amoniaco interactúa con otros compuestos atmosféricos, favoreciendo la creación de diminutas partículas que sirven como base para que se condense el vapor de agua. De esta forma, se generan nubes que podrían actuar como una barrera natural contra el calentamiento, al reflejar parte de la radiación solar que llega a la superficie del continente blanco.

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Los científicos observaron que, cuando el viento provenía directamente de la colonia de pingüinos, los niveles de amoniaco en el aire se disparaban, indicando un impacto directo de la actividad biológica sobre la atmósfera local. Incluso días después de que las aves migraran, las concentraciones de este gas seguían siendo inusualmente altas.

Este fenómeno sugiere que los pingüinos no solo son víctimas del calentamiento global, sino también participantes activos en los procesos naturales que podrían moderarlo. Aunque aún se necesita más investigación para evaluar el efecto a largo plazo, este hallazgo abre una nueva línea de estudio sobre cómo la fauna silvestre influye en el equilibrio climático de la Tierra.