Carolina, la rata gigante africana, se ha jubilado como una auténtica heroína tras una destacada carrera detectando tuberculosis (TB) en Tanzania y Etiopía. Con un sentido del olfato extraordinariamente agudo, Carolina logró detectar más de 3.000 casos de TB que los centros de salud no habían identificado, contribuyendo así a prevenir más de 30.000 posibles contagios. Su retiro en noviembre fue celebrado con aplausos y un pastel especial, reflejando el cariño y respeto que el equipo de la organización APOPO le tenía.
Las ratas africanas gigantes, como Carolina, forman parte del innovador programa HeroRATS de la ONG belga APOPO, que inicialmente se creó en los años 90 para detectar minas terrestres. Estas ratas, más grandes que las urbanas comunes y altamente entrenables, demostraron también ser extremadamente eficaces en la detección de tuberculosis gracias a su capacidad para identificar compuestos orgánicos volátiles específicos de la enfermedad.
APOPO opera enviando motos a clínicas locales para recoger muestras de esputo que habían resultado negativas. Las ratas las analizan en laboratorios de la organización, y cuando detectan una muestra positiva, esta es verificada con pruebas más sensibles. El resultado: un aumento del 40 % en la detección de casos de TB en clínicas locales, que anteriormente dependían de métodos con una efectividad entre el 20 % y 40 %.
El entrenamiento de una HeroRAT toma un año e incluye técnicas de refuerzo positivo mediante clickers y golosinas. Las ratas aprenden a distinguir el olor de la bacteria Mycobacterium tuberculosis de otros olores humanos. Solo se certifican aquellas que logran detectar con precisión 500 muestras sin fallos.
Además de su eficacia, las ratas tienen personalidad. Algunas, como Tamasha, muestran entusiasmo por el trabajo, realizando movimientos de alegría antes de empezar la jornada. Sin embargo, no todas las ratas se adaptan igual: algunas destacan más en la detección de minas, mientras que otras brillan en la detección de enfermedades, dependiendo de su temperamento.
A pesar de sus logros, APOPO sigue siendo la única organización que utiliza ratas para diagnosticar TB. El estigma social hacia los roedores y la falta de financiación son grandes obstáculos para su expansión, aunque sus beneficios son evidentes. En 2023, solo en Tanzania y Etiopía, el programa ayudó a prevenir cerca de 400.000 nuevos contagios.
El retiro de Carolina marca un hito en la historia de la ciencia aplicada y del respeto por los animales en tareas médicas. Vive ahora con otras ratas jubiladas en un recinto tranquilo y sombreado, apodado “la Florida”, donde disfrutan de juegos, cuidado y celebraciones. Su legado, junto al de otras HeroRATS, subraya cómo estos pequeños héroes peludos están cambiando vidas, salvando miles de ellas y desafiando percepciones negativas profundamente arraigadas.
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